A nadie se le escapa que en España cada fecha señalada del calendario lleva asociada algún plato o producto gastronómico especial.
Desde finales de octubre y principios de noviembre, y coincidiendo con el día de Todos los Santos y con el de Difuntos, las pastelerías se llenan de buñuelos y huesos de santo.
Los buñuelos son un elemento fundamental de la gastronomía española, para esta ocasión rellenos de nata o crema.
Los buñuelos son una costumbre española muy arraigada cuyo origen hay que buscarlo en los judíos sefardíes que desde el siglo X elaboran para celebrar la Janucá unos bollos fritos con harina de trigo que denominan ‘bimuelos’. La introducción de estos bollos en la celebración de Todos los Santos es una modificación cristiana, por la cercanía con la Janucá judía.
Los huesos de santo se elaboran con mazapán o pasta de almendra y son de color blanco y forma alargada y cilíndrica.
Dulces que en localidades como Tomelloso se suman a los típicos pasteles o tortas de mosto.